miércoles, 16 de septiembre de 2009

DABIGATRAN (PRADAXA):¿ADIOS AL SINTROM?

Recientemente ha saltado a la prensa general la noticia de que un nuevo medicamento podría sustituir al popular y "anciano" Sintrom para prevenir la formación de coagulos en los pacientes con la arritmia denominada "fibrilacion auricular".
Ello ha provocado la natural expectación entre los numerosos pacientes que toman Sintrom, aunque en muchos de ellos las expectativas son superiores a la realidad.
Vamos a intentar explicar lo que significaria la aprobación de este medicamento , el Dabigatran, para su uso en los pacientes con fibrilacion auricular.
En pincipio, la única ventaja sería la posibilidad de eliminar los controles mensuales del Tiempo de Protrombina (INR) que exige el tratamiento con Sintrom. Por lo demás, los efectos son similares.
El ensayo clínico ahora presentado y que tanta expectación ha despertado, nos informa que el Dabigatran es similar al Sintrom tanto en eficacia como en efectos secundarios, pero sin la necesidad de ajustar la dosis a cada paciente, como ocurre con el Sintrom.
Todo lo demás sería, por lo que sabemos hasta ahora, similar. Es decir, que el riesgo de hemorragias, que es uno de los problemas que más preocupa a los pacientes que toman Sintrom (y a sus médicos!), persiste, porque es inherente al tratamiento con anticoagulantes, y el Dabigatran lo es.
Entonces, ¿que pacientes podrian beneficiarse del nuevo medicamento?. Pues, inicialmente, aquellos que tienen dificultades para mantener el INR en los valores recomendados, y que requieren cambios constantes en la dosificacion del Sintrom. A cambio, el costo es mucho más alto (se calcula que unas siete veces superior), por lo que suponemos que la Seguridad Social limitará su uso a estos pacientes.
Respecto a los pacientes que tienen prótesis (valvulas artificiales), el estudio no los incluye, por lo que de momento tendrán que seguir usando el Sintrom.
Con esto no quiero "echar un jarro de agua fria" sobre las expectativas creadas, pero si matizarlas. Que duda cabe que la aparición de un nuevo medicamento debe ser siempre bienvenida, porque enriquecerá nuestro arsenal terapeutico y nos dará más posibilidades de elegir a la hora de tratar a un paciente. Pero ello no significa que necesariamente todos los pacientes se beneficien del nuevo medicamento. No siempre lo antiguo es peor. Que se lo pregunten a la aspirina...